viernes, 11 de septiembre de 2009

Nada que decir

Pues no es que no tenga nada que decir, es que no hay nada que quiera decir al mundo.

Aunque, ahora que lo pienso, si tuviera que decirle algo al mundo, ¿qué le diría? Muuuundo... eres... redondo... Pero Mundo concebido como planeta Tierra, claro. Estás empapado, ¿te has meado? Espera que te seco (y extendería sin querer unas cuantas hectáreas el desierto de Atakama). La cantidad de sandeces que se dicen y encima sin puntos aparte y todo. Por Dios, cállate ya, este juego de no poder borrar es una mierda. Si dijiste que no tenías nada que quisieras decir, ¿por qué no te callas? Uy, esto me recuerda a cierto rey y a cierto presidiente. ¿Por qué intercalas una "i"? Se me antojó. ¿Una canción de Pimpinela? Y yo qué se, eso parece, pero nada más lejos. Conexiones laxas en mi cerebro. No, no quería escribir tonterías. Sí, demasiado tarde. Mente en blanco, mente en blanco... cielo azul y un pájaro que pasa, peronolosigoconlamirada. Suspiro de un gato que sueña a mi lado. Pensamientos que fluyen... ¡pero no! ¡No los atrapes! No merecen un lugar, ni siquiera un "lieu". No me lies, no me lies... Y si tienes el valor de haber leído hasta aquí, ¡ole, ole y ole!

jueves, 6 de agosto de 2009

En el fondo es divertido...

...pero frustra mis ganas de fiarme de mis intuiciones.

¡La vida SIEMPRE te sorprende!

miércoles, 5 de agosto de 2009

Escrito de una niña de 11 años allá por los 90




<< Me casaré con alguien al que yo quiera y él me quiera a mi. No me casaré hasta que no tenga 25 años más o menos, porque tal vez si me casara de joven arruinaría mi vida. Tendré dos hijos, los que me tratarán como si fuera una especie de amiga, que me cuenten todos los problemas que tengan. Tendrán una buena educación.

Viviré en un pueblo no muy pequeño y seré de clase media, ni rica ni pobre.
Estudiaré la carrera de biología y la terminaré.

Que mi marido y mis hijos estén sanos sería mi mayor deseo. También toda mi familia. Ni mi marido ni yo fumaremos porque el humo es perjudicial y además también sería malo para mis hijos. Además a lo peor ellos se acostumbrarán. Tampoco beberé (alcohol) más de la cuenta, tampoco mi marido.


Me gustaría trabajar yo también, pero tendré rato para estar con mi familia.
Que haya comunicación en mi familia y la sinceridad ante todo.
>>

* * *

Empezaré analizando este texto como me enseñó una profesora de lengua del instituto, respondiendo a la pregunta: "¿qué me comunica el autor con estas líneas?" Este escrito se centra en la idea de familia, aunque también toca otros aspectos de la vida, como trabajo, dinero y salud, haciendo bastante hincapié en este último. Con respecto a ello, la autora deja entrever que tiene unos principios definidos (tendrán una buena educación, estudiaré, no fumaré, que haya comunicación...). Asimismo, muestra estar condicionada por los modelos maternos y paternos que ha vivido (el concepto de familia, seré de clase media, me gustaría trabajar yo también...).


Destaco la visión de que a los 25 años ya se es suficientemente mayor como para casarse. Antes de los 25 la autora considera que todavía se es joven. Supongo que cuando uno tiene 11 años, esta edad queda muyyy lejana aún.


Me llama la atención que su deseo sea ser ni rica ni pobre cuando se nos suele educar en una sociedad que valora el dinero por encima de otros aspectos. Me complace que tenga este ideal.


Estudiaré la carrera de biología y la terminaré... en este punto, por cuestión personal, me he quedado totalmente paralizada y una risa interna me ha invadido.


En algunos puntos, la autora denota tener una visión algo limitada de la vida, aunque creo que está justificado por su corta edad y por sus modelos de aprendizaje. Además, el tema del escrito en sí mismo está acotado a la vida familiar. El estilo es de baja calidad, más bien.


Paulo Cohelo dice en El Alquimista, algo así como que cuando uno es joven todo está claro y todo es posible. No se tiene miedo a soñar. Pero a medida que el tiempo pasa, una fuerza misteriosa empieza a convencernos de que será imposible que se realice nuestra Historia Personal. Me hubiera gustado que esa niña de 11 años no hubiera parado de escribir ahí...


lunes, 20 de julio de 2009

Cutreces made in Spain

Qué bien. Ya están terminadas las obras del bar. Sólo quedan los últimos detalles. Ya únicamente me falta poner el cerrojo en la puerta del aseo de chicas. Muy bien... aquí van unas vueltas con el destornillador... jeje, vaya nombre, yo le hubiera puesto "atornillador", porque sirve para atornillar antes que para desatornillar... Vuelta, vuelta, vuelta... ¡Perfecto!




Abierto y...


¡Chas!



(Fotos de cosecha propia tomadas en un bar de Huertas)

viernes, 17 de julio de 2009

Gente. Niños "espabilaos"

Como una viejecita cascarrabias, diré (con voz quebrada): los niños de ahora no son como los de antes... En mi niñez esas cosas no se cantaban.

Una mañana ociosa en la que bicicleteaba por un agradable parque de mi localidad, me crucé con un un grupo de estudiantes de colegio de en torno a siete años de edad que caminaban en procesión detrás de su profesor. Una excursión didáctico-lúdica. Cantaban todos, repitiendo lo que el maestro voceaba: "¡un, dos, tres cuatro!"

Hasta ahí todo normal. La sorpresa llegó cuando el profesor dejó de cantar y los niños comenzaron a interpretar su propia canción:

"¡Alcohooool, alcohooool, alcohol-alcohol-alcohoooool!
¡Hemos venido a emborracharnos...!"
Angelicos. Anonadada me hallo.

martes, 14 de julio de 2009

¿Cómo alargar la hora del café?


He creado un método patentado para alargar la hora del café sin alterar la continuidad espacio-tiempo.


Para empezar, se precisa definir cuánto tiempo implica "la hora del café". Se podría pensar erróneamente, como el nombre indica, que es un hora. Esto es incorrecto. No es aceptado por nadie que la hora del café dure de tres a cuatro o de cinco a seis. Eso sería una locura. La hora del café dura desde que preparamos el café (o nos es servido), hasta que damos el último sorbo o, en su defecto, hasta que lo dan todos los asistentes a la ceremonia. Terminada la cafeínica bebida, se suele desvanecer la razón de tal acto y comienza a surgir la necesidad de quehacererear (la labor de atender los quehaceres).


Ahora bien, ¿cómo prolongar dicho periodo de relax, de charla coleguera, de conversación con un libro o revista o de embobamiento televisivo? Existen algunos virtuosos del arte de alargar este ritual que defienden que la manera más efectiva, sin alterar la tradición cafetera, es tomar la bebida a pequeños sorbos. Otros sostienen que lo mejor es ir mojando galletas en el líquido hasta que éste se extinga. Yo propongo una técnica más novedosa, de inspiración danesa, aplicable preferiblemente en casa y no indicada para los más puristas.


En Dinamarca aprendí que se puede beber un vaso de café hasta arriba sin leche ni azúcar. Eso sí, la concentración de café por litro de agua es mucho menor que a la que estamos acostumbrados más al sur. Desde mi época danesa, el café con leche tradicional me sabe demasiado dulce y demasiado pesado como para tomarlo después de la comida. Sin embargo, con la cafetera convencional, atendiendo los gustos de los demás cohabitantes de la casa, no se consigue el resultado que yo deseo. Así pues, mi método consite en añadir agua al concentrado de café hasta alcanzar la translucidez requerida. Además, en verano es ideal para tomarse un vaso fresquito sin necesidad de añadir hielo.


¿Y cómo se relaciona esto con el alargamiento de la hora del café? Es sencillo. A medida que va menguando la cantidad de líquido, se va añadiendo agua. Se notará que va aumentando la transparencia del brebaje, hasta que se asemeje en apariencia a un té más que a un café. El proceso puede repetirse indefinidamente.


Precaución: por prolongamiento excesivo del proceso, no fusionar la hora del café con la hora del agua.


(Nota de la autora: ¿por qué hacer las cosas como nos son impuestas sin darnos cuenta y no como nos apetece?)

lunes, 13 de julio de 2009

Parte de la aventura

Por si las últimas entradas ofrecen una imagen oscura y nebulosa de lo que hay en mi cerebro... he de decir que no es tan grave como parece.

En verdad creo que es muy emocionante elegir un camino. Es parte de la aventura. Tengo ilusión por avanzar en la senda...

Deseos y miedos. Buscando un camino

Vuelvo a poner en práctica aquello de no leer lo que escribo, de dejar fluir los pensamientos.

Floto en un mar de indecisión. A ratos me dejo llevar por la corriente y otras veces nado con todas mis fuerzas. Es difícil decidir un rumbo cuando sólo hay agua alrededor. Igualmente, todos los caminos llevarán a tierra en algún momento, a no ser que nadase en círculos... pero yo no quiero llegar a cualquier paraje. Sería una decepción si volviera al punto de partida. Ya que me he lanzado al mar...

Si vives en el desierto y te gustaría estar en la selva, tienes dos opciones: transformar el desierto en selva o ir directamente a la selva. ¿Qué capacidad de modificar nuestro entorno tenemos? El desierto nunca podrá ser una selva. Si acaso podrás plantar alguna especie xerófila o alguna otra invirtiendo mucha agua. Si te conformas con el paso intermedio, no estará tan mal. Después de todo, hay cosas del desierto a las que estás acostumbrado que echarías de menos.

Aaaaaaaaaaaaaaah!!!! Me da miedo aceptar lo que yo misma estaba buscando. ¿Cuánto afecta el miedo en todo esto? Aaaaaaaaaaaaaaah! Sería muy fácil lanzarse y vencer el miedo, pero ¿cómo identificar lo que es miedo y lo que es un no-quiero real?

Me propuse no escribir ninguna entrada pranoica acerca de esto, pero... la paranoia sale tarde o temprano a la luz...

Y... ¿a quién le interesa esto? A nadie. Y... ¿quién lee esto? Nadie. Entonces perfecto. Simplemente se sumará al resto de pensamientos anónimos que circulan por internet, que también flotan en un mar.

domingo, 12 de julio de 2009

Mudar de piel


Uy, ¿qué me pasa en la espalda? Tengo la piel levantada. Pero... no he estado tomando el sol, no me he quemado. Estiro los brazos hacia delante y arqueo la columna. La piel se abre. Esta envoltura se me está quedando pequeña. Necesito mudar esta piel que me oprime para poder seguir creciendo, aunque me quede desprotegida durante un tiempo.

sábado, 11 de julio de 2009

Somnolencias


Palmadita en la cabeza, palmadita en la cabeza... entreabro los ojos... ¿qué pasa? ¿Quién me ha dado? ¡¡¡Mi parada!!! ¡Me tengo que bajar! Gracias, gracias, gracias... persona anónima despertadora... ¿a quién le digo gracias? No sé, tú sólo sal del vagón de metro o te vas de vuelta para Madrid... o a las cocheras. Ay, casi no puedo abrir los ojos... tengo los párpados pegados. ¿Pero cómo me he podido dormir tan profundamente? Ah, es que es muy tarde... o muy temprano, según se mire. Regusto a libertad y a soledad.

jueves, 9 de julio de 2009

Buenas intenciones


El otro día estaba con C y con G (no doy sus nombres por si quieren ocultar su identidad) dando una vuelta por la calle. Llegamos a un paso de cebra con semáforo de una calzada estrecha y poco concurrida. A nuestro lado apareció una pareja con su hija pequeña. Como el semáforo estaba en rojo, a pesar de que no pasaba ningún coche y parecía absurdo estar esperando en un cruce tan sencillo de cruzar, les dije a C y G: "vamos a esperar, porque cuando hay niños pequeños delante, mejor dar buen ejemplo". Asintieron y esperamos... ¡hasta que nuestros tres compañeros de cruce se adelantaron! ¡Qué palo! ¡Se arrepentirán de lo que hicieron cuando su hijita empiece a delinquir!


*Comentario final exagerado por cortesía de Laquerriza*

miércoles, 8 de julio de 2009

Regañón cara de melón


Durante los últimos años que he estado yendo a la piscina que fue mi segundo hogar en los veranos desde que tengo memoria, siempre he pensado que las cosas han cambiado mucho. No sólo la apariencia del polideportivo, sino también la gente (ahora voy en solitario con un libro, esporádicamente, y ya tan sólo conozco al grupo de mujeres que toman el sol o charlan en la sombra en SU rincón del recinto).

Sin embargo, hay cosas que no cambian. El Señor Regañón no ha cambiado nada. Mismo pelo semi-rizado, misma braga náutica. El Señor Regañón cree que tiene el derecho y el deber de reprender con duras palabras a cualquiera que incumpla alguna norma de la piscina. Este hombre acechaba desde el agua o tras el seto y luego perseguía a los niños que corrían por el borde de la piscina, se tiraban en bomba o pisaban el césped con zapatillas, para reprobar sus acciones. Esta mañana mismo lo he vuelto a ver, amenazando a un chica de unos 20 años con darle un mamporro (literalmente) si la volvía a ver pisando el césped con zapatillas.

Entonces pienso: está bien que todos respetemos unas normas de convivencia, pero, ¿está bien que una persona cualquiera asuma el rol de señalar las malas acciones de los demás? Y si al menos lo hiciera de una manera amable...

Quizás ésta es su forma de sentirse importante, de tener una misión en la vida. Quizás el propio Regañón está luchando por desembarazarse de la losa que su papel conlleva, pero son tantos años ya en el oficio que no es tan fácil... No sé. Lo que sí sé, dejando aparte si es moral o no, es que nunca me ha gustado el Señor Regañón.

sábado, 23 de mayo de 2009

Sombra aquí y sombra allá

El otro día, Micha quiso depositar delicadamente su pata en mi ojo, pero la fuerza se le fue de las manos... o de las patas, mejor dicho, y me arreó un mamporro. Cuando un gato hace tal cosa, a) el arañazo es inevitable, b) hace pupa.

Por suerte, mi ojo está perfectamente. No así el párpado, que del golpe se me ha puesto morado. Pero el derrame ha sido con tal tino que parece que llevo sombra de ojos morada... hasta se me ha dibujado rabillo al estilo Cleopatra.

Para disimular, como el moratón no lo tapa el maquillaje, se me ocurrió la feliz idea de imitar el efecto en el otro ojo, pero como no tengo sombra morada, utilicé lápiz verde. Tras pasar la tarde fuera, al volver a casa y verme en el espejo, me di cuenta de que prefería que la gente pensara que lo que tengo en el ojo es, efectivamente, un moratón y no una sombra mal pintada. Siendo así, no he vuelto a ocultar mi hematoma al mundo. Sin embargo, he comprobado que no llama la atención entre los conocidos que me cruzo a lo largo del día. Ante lo cual me pregunto: ¿estarán pensando que es un moratón pero les da corte preguntar por si al final lo que llevo es sombra de ojos? La situación debe de ser algo así como cuando alguien se encuentra a una vieja amiga que ha echado tripa y no sabe si darle la enhorabuena por el bebé o hacer la vista gorda.

En cuanto a Micha, estuvimos sin ajutarnos durante casi un día. Ayer le pisé el rabo sin querer mientras comía, por lo que considero que estamos en paz.

¿Por qué escribir en este blog?

En una conversación sobre las aficiones de las personas, alguien me contó que a cierto montañero le preguntaron un día por qué escalaba montañas. Él contestó: "porque están ahí".

Yo añadiría: "y porque es divertido".

jueves, 7 de mayo de 2009

Que se me ha pegado, oyes

(No he podido poner el video original)

martes, 5 de mayo de 2009

Blog adolescente

He llegado a la conclusión de que mi blog es un blog adolescente. Todavía sin un rumbo, todavía sin una personalidad... tratando de buscar su huequito en el mundo...

Parentescos daneses

- ¿Te cuento el último cotilleo?
- Cuenta, cuenta...
- Pues que resulta que me acabo de enterar de que el que pintó la lámina esa que tengo en la habitación, ¿sabes cuál?
- ¿Esa de los tapires?
- Sí, la de los tapires. Pero no te líes, la de los tapires malayos, que no son iguales que los sudamericanos...
- Vale, vale...
- Pues que resulta que el autor fue el tío de la directora de la película esa que vimos hace poco, la de Italiano para principiantes, esa al estilo Dogma.
- Aaaah...
- De ahí que los dos tengan el mismo apellido: Scherfig.
- Pues es verdad. ¿Y cómo no te habías enterado antes?
- Pues no sé, pero vamos, que me he enterado por casualidad.
- O sea que Hans Scherfig era tío de Lone Scherfig...
- Ah, ¿sí? ¡Qué me dices!
- Como lo oyes.
- Qué sorpresas que se lleva una.
- Oye, ¿pero no se supone que eras tú la que me estabas contando el cotilleo?
- Ya no sé, es que una se lía con los guiones de diálogo...


Mezcla sin sentido

lunes, 4 de mayo de 2009

Calor-frío en el puente goyesco de Mayo


Estos días ha estado haciendo calor-frío y me he acatarrado.

Por la ventana ves que hace viento y sales forrada, luego te pega el sol y te mueres de calor. Te "desforras" y te quedas fría. Te vuelves a forrar y pasas calor... y así cíclica y eternamente.

Y ahora maldigo la hora en la que me empeñé en cenar al aire libre el otro día una pizza goyesca en los puestos goyescos del mercado goyesco... ¿o medieval? No sé. Por cierto, ¿había pizzas en la época goyesca? ¿Y en la medieval? Wikipedia me dice que sí, pero no creo que en España.
Volviendo a mi catarrete, por lo menos no creo que sea gripe A o gripe nueva o gripe po... shhh.

Pizzas goyescas

(vale, no tiene gracia)

domingo, 3 de mayo de 2009

Peopleee... peolple who needs peopleeeee...


Inauguro una nueva sección dedicada a los indivíduos de esa curiosa especie que puebla la Tierra y la transforma como ninguna otra: Homo sapiens sapiens.

Los sujetos de estudio serán cualesquiera de esta especie que crucen mi camino. Las situaciones recopiladas serán aquéllas que llamen mi atención. Simple.

Como ejemplo, reproduzco -más o menos- parte de una conversación telefónica que escuché en el autobús una mañana que me dirigía a Madrid.

" Mamá, que te llamaba para decirte que lo que te he dicho antes, que no se lo cuentes a nadie. No se lo cuentes ni a Dani ni a Pilar ni a nadie. Sólo te lo he contado a ti. Es un secreto [...]."

La gente mola (a veces).

lunes, 20 de abril de 2009

Perrito Grande

Me cago de miedo. Acabo de ver esto en el especial de robots en el programa de "Friker" Jiménez (Cuarto Milenio).



No sé por qué... pero me da miedo/repelús. Y eso que yo a casi todos los bichos les digo "ay, ¡qué mono!"

Decían que sirve para transportar cosas para los soldados. Vamos, yo soy soldado y me aparece eso y salgo corriendo hacia el lado enemigo...

Big Dog dicen que se llama...

domingo, 19 de abril de 2009

Mi primer viaje a China


Los primeros recuerdos que conservo de mi viaje a China toman forma en una plaza de una gran ciudad. La atmósfera era gris y la elevada humedad apenas me permitía respirar. La situación era realmente angustiante. Sin embargo, predominaba mi visión optimista.


- Pasarán unos días hasta que me acostumbre a este clima, pensé.


Había leído en la guía que en aquella plaza se exhibía una escultura de unas tijeras que se movían a vapor. Entre la niebla surgió la figura de unas tijeras elaboradas con materiales reciclados, conectadas a unos finos tubos por los que supuse que era conducido el gas que imprimía movimiento a la escultura. Conectada a los conductos existía una serie de columpios y minúsculas atracciones de feria en línea que se balanceaban gracias al gas, el cual ejercía su efecto sobre unas bielas -todo esto no lo podía ver, pero lo intuí al recordar mi libro de tecnología de primero de bachillerato. Encaramados a los minúsculos columpios y caballitos de tiovivo se situaban unos niños chinos tan pequeños que parecían de juguete. Tenían una cabeza desproporcionadamente más grande que su tronco y extremidades y unos enormes ojos rasgados. Yo observaba embobada el mecanismo que se suponía les proporcionaba diversión. Digo que se suponía, porque más bien parecían obligados a estar perpetuamente formando parte del conjunto escultórico y ni un leve esbozo de sonrisa se percibía en sus rostros.


La siguiente escena que recuerdo de mi viaje se funde en un entorno de exuberante vegetación cerca de un lago. La palabra que mejor define las sensaciones que me produjo aquel insólito lugar es fascinación. Anduve hasta aproximarme al lago para observar, absorta, unas gigantescas estructuras vegetales a modo de inflorescencia que iban a dar a la orilla. Si alguien fuera capaz de disponer decenas de ojos de caracol veinte veces aumentados a lo largo de un eje y teñirlos de fucsia, se parecería bastante a las proyecciones de aquella planta. Dichas estructuras se movían, se enroscaban sobre sí mismas.

¡Planta carnívora!


En ese instante desvió mi atención un hipnótico cantar, muy suave pero muy perturbador. Provenía del lago. Eran unos peces de forma similar a la de una sardina pero del tamaño de un tiburón. Calculo que eran unos diez y ondulaban sus cuerpos acompasadamente. Podría verlos nítidamente a todos ellos. Tenían un aspecto absolutamente pacífico y parecía que conversaran conmigo a través de sus redondos y brillantes ojos.

- Ah...son de esos peces a los que se les pide deseos. ¡Quiero pedir un deseo!

Sentí que no quería abandonar aquel lugar nunca. Hubiera cambiado mil de las archiconocidas encinas con su respectivo cortejo florístico por poder contemplar siempre aquellas flores, aquellos peces, aquellos increíbles parajes que todavía no había descubierto...

En este punto se diluyen mis recuerdos de aquel viaje tan especial que me dejó tan gratas sensaciones...
* * *
Eeeeh... siento romper la "magia" si es que la había. Sí, fue un sueño.

jueves, 16 de abril de 2009

¡Felicidades Michurretis!


Hoy cumple años la única "teenager" de la casa. Quinceañera enloquecida. Más que en la edad del pavo, en la edad del "bocaditos en salsa de delicias de pollo".

Despreocupada de la depilación, no así de su aseo personal. Más suave que mimosín y con unos largos y extravagantes bigotes que Dalí hubiera querido para sí.

Experta en conseguir mimos (no me refiero a esos que se quedan encerrados en cajas imaginarias). Desconfiada de los extraños. Amante de la vida casera sin dejar de lado el gusto por hacer escapadas secretas y fugaces.
Cantante soprano y compositora de reconocidas obras como "Tocata y fuga en micho menor", "Maullidos del ayuno" o "Me abuuurroooo, ¿hay alguien ahí?". Portentosa y prolífica intérprete de otras tantas piezas al son de su ógano ronrroneador o "michocordio". Es remarcable asimismo su papel protagonista como "bebé rabino/columnino" (el nombre se debe a su... digamos inesperada prolongación de la columna vertebral) en numerosas obras teatrales. Otras facetas artísticas están aún por explorar.

En fin, como diría mi madre: "sólo le falta hablar". Aunque si pudiera hablar yo me temo que me cantara las cuarenta por los achuchones al estilo Elmyra (de los Looney Toons) que le doy a veces...


¡¡Felicidades Micha!!




martes, 3 de marzo de 2009

Uy, qué interesante es esta entrada

  • ¿Por qué siempre acabo escribiendo chorradas?
  • Porque un espacio público no es lugar para pensamientos más privados (o al menos no en mi nombre).
  • Porque mis profundas reflexiones desordenadas no tienen gancho.
  • Porque a veces es divertido inventar imbecilidades (bueno, más bien es que sale solo).
  • Porque sé que alguno sonríe y me gustaría que algunos más sonrieran.
  • ¿Porque no doy más de sí?
  • Porque me sobra tiempo para estas cosas (mientras que me falta para otras).
  • ...

miércoles, 18 de febrero de 2009

Continuación de Hackers antivirales






  • (ver entrada anterior)


  • Además, me acabo de dar cuenta, que mi padre ha comprado el Norton-occidentales y no el Norton-multiétnico.


  • Es curioso que cambien la foto según el país. Aún así todos ellos, los diez sumando ambas carátulas, tienen una inquietante sonrisa...


Hackers antivirales extremadamente felices

Mi padre teme a los virus, como todos, supongo, pero especialmente teme a los virus del ordenador. Es por ello que compró el otro día el Norton actualizado y ha dejado la caja con el CD sobre mi mesa para que lo instale en mi ordenador. Lo acabo de ver ahora. La portada muestra una fila de personas -cinco- con un amplio rango de edades -desde los 60 a los 14 más o menos- con caras extra-sonrientes.
¿A qué viene a cuento? Me da la sensación de que se están riendo de nosotros por haber comprado la seguridad a un precio tan elevado. Seguro que ellos mismos, los de la foto, son unos hackers. ¿Por qué yo no siento la misma felicidad que ellos expresan mostrando su blanca dentadura cuando instalo el antivirus? Algo me huele a cuerno quemado.

viernes, 30 de enero de 2009

Otra aplicación de GOOGLE

  • Los que me conocen, me habrán oído decir alguna vez que me gustaría hacer algo bueno en mi vida. No es la fama mi fin (ésta es fácil de conseguir hoy en día por cualquier chorrada), pero quizás sí el reconocimiento. Digo el reconocimiento porque cuando alguien hace algo bueno le gusta que sea apreciado, no por vanidad, sino por afirmación de que la acción realizada es percibida por los demás como algo deseable. Ese reconocimiento del que hablo no tiene por qué ser a gran escala y puede variar de grado en distintos ámbitos.
  • .
  • Pues bien, usando Google como medidor de "nivel de reconocimiento" (esto es, medir cuántas veces sale algo sobre la persona en cuestión en otras webs no creadas por si misma), el panorama es, de momento, desolador:
  • Actualmente, si escribo mi nombre completo en Google, aparezco en dos páginas. Ambas son listas: una de la concesión de las becas Erasmus de CajaMadrid y otra de la elección de proyecto en una asignatura de la facultad.
  • Como apreciáis, ninguna de estas apariciones entraña mérito alguno. Luego, parece ser que tendré que emplear otro instrumento como medidor de reconocimiento o bien aplicar un corrector a la medida que reste aquellas entradas sin mérito.
  • .
  • ...Queda mucho camino por recorrer...

miércoles, 28 de enero de 2009



  • Silencio...

  • ...concentración...

  • Tres... dos... uno...

  • Abro un ojo, luego abro el otro, giro la cabeza a ambos lados.

  • Todavía estoy aquí, ¡no ha funcionado!

  • .

  • Uno... dos... tres...

  • ¿Plop?

  • Algo debería de suceder...

  • .

  • Quizás chascando los dedos... ummmh...

  • .

  • ¿Abracadabra?

  • .

  • Aunque uno se lo proponga, ¡no es tan fácil desaparacer en un momento dado!

  • A veces quisiera poder ausentarme de mi misma por unos instantes. Percibir todo desde otra perspectiva, fuera de mi cuerpo, fuera de mi mente y fuera de mi entorno.

  • .

jueves, 22 de enero de 2009

Melatonina Cruel

O h , m e l a t o n i n a c r u e l , q u e m e i m p i d e s p e n s a r l ú c i d a m e n t e d e m a d r u g a d a . . .

* * *

martes, 20 de enero de 2009

La triste historia del calentador polvoriento

Ponle música, que suena hasta divertido:
  • Ya es media nocheeee
  • y me acabo de cargaaaaaar
  • el calentadoooor,
  • la que se va a liaaaaar (bueno, ya se ha liado)
  • .
  • Por intertar haceeeer
  • una noble accióoooon:
  • limpiar el polvo de dentroooo,
  • ése obstructoooor.
  • .
  • La mitad de los tornillos quité,
  • la otra mitad quedaba,
  • y no había quien encontrara
  • la llave que los aflojara.
  • .
  • Al intentar encajar
  • la mitad que desatornillé
  • para volver al estado inicial
  • nada solucionéeeee
  • .
  • Algo había cambiado dentro
  • no sé cómo ni por qué
  • peno el calentadoooor
  • no volvía a su seeeeer
  • .
  • Y aquí acaba la historiaaa
  • del pobre calentador,
  • que por absorber el polvo
  • mal futuro se labróooooo
  • .
  • FIN
  • (Espero poder seguir contando más historias de mi pobre calentador, con final feliz)