martes, 27 de noviembre de 2007

¿Quién se lava los pies?



A lo mejor quedo como una guarra escribiendo este post, pero el otro día estaba pensando mientras me duchaba que nunca me froto los pies. ¡Están tan abajo que cualquiera se agacha! Vamos, es que ni los miro. Con el agüilla y jabón que se forma en el suelo es suficiente para un autolavado.

A ver, no empecemos a formar una mala imagen de mi. En verano es verdad que me los lavo todos los días independientemente, en el bidet, porque con las chanclas se ponen que parece que hubiera estado pisando carbonilla. Pero en invierno...

Eso sí, de vez en cuando hay que mimarlos y recortarles un poco “las puntas”.

Sinceramente, ¿quién se lava los pies?

Mis pies cuando me quemé como un gusano loco en canoa

domingo, 25 de noviembre de 2007

Cuando digo que estoy estudiando


Cuando digo que estoy estudiando a veces me da por no estudiar y hacer chorradas como la que estaba haciendo hace un rato. Hace un rato estaba creando una carpeta con la selección de las peores fotos de mi misma. Creo que gana una de cuando estuve en Túnez: pelo sucio y despeinado por el viento, ojeras y color de piel poco saludable, granos, sonrisa poco natural, mi perfil malo... por lo menos estoy cogiendo un gato y se puede desviar la atención hacia él.


Al principio estaba horrorizada, pero a medida que he ido viendo todas seguidas las fotos del ranking me ha dado por reír.


No cuelgo ninguna foto como ejemplo porque no tengo tanta autoestima. Bastante que he hecho la carpeta.


viernes, 23 de noviembre de 2007

Mi kildemoes butterfly

Hoy he hecho la vida de mi trasero un poco mejor. ¿Cómo? He cambiado (por fin) el sillín de mi bici, sí, ese que era un cacho de plástico, bastante estrecho y que se quedaba congelado en los días fríos.

Como sabéis, aquí, en los países más nórdicos, casi todo el mundo se mueve en bici por la ciudad. ¿Por qué aquí sí y no en España? Hay quien dice que es por el relieve (¡falso! ¡Maldita la cuesta que me tengo que subir todos los días cuando vuelvo a casa! Ya ha mejorado bastante la cosa, pero antes, subir la calle
Viborgvej significaba echar el higadillo). También argumentan que es por el clima, porque en España hace tanto calor que a ver quién va a sudar con la bici (¡falso! Aquí en verano también hace calor, aunque no tanto como en España, pero el clima de invierno de Dinamarca también podría amedrentar a más de uno y no es así). Yo creo que se debe a la mala planificación de las ciudades.

Mi bici es un poco antigua, un modelo descatalogado, por lo visto, ¡pero tiene una pegatina de una mariposa y cesta! ¡Chincha! La conseguí en la subasta que la policía hace todos los primeros miércoles de mes, en septiembre, por 300kr (unos 40€). Al día siguiente me la llevé a clase y se me reventó la cámara de la rueda de atrás (tuve que dejar la bici escondida porque no había comprado candado todavía y coger el bus, pero a pesar de elló llegué como casi una hora tarde). Después de arreglada, me dejó tirada un fin de semana por la noche, a eso de las 2 de la mañana, a 6,5 Km de casa, los cuales recorrí andando mientras la lluvia caía. Hace poco se le salió la cadena en una cuesta y tuve que usar los frenos de emergencia (pies), acabando en el suelo. A pesar de ello, quiero a mi bici.

Como soy una tipa legal, la bici la compré. Aquí es bastante típico que si una bici no tiene candado, es porque está abandonada, luego te la puedes llevar, o eso parece. La ley no escrita es: si no tiene candado, no es de nadie. Junto con Marta, intentamos describir los indicadores físico-químicos (cadena oxidada), biológicos (telas de araña varias) y socioculturales (posición tumbada en el suelo, lugar extraño para dejar una bici, más de un mes en el mismo sitio) que denotaban que la bici estaba abandonada, con lo cual te la podrías llevar. Claro que a veces es porque han sido robadas y cambiadas de lugar, otras están accidentadas... La verdad que después de pagar por mi bici en la subasta y los disgustos que me dio, me entraron ganas de hacer boicot a la subasta y coger todas las bicis que veía por ahí tiradas y llevármelas, porque vaya morro la policía que te cobra por una bici que se han encontrado.

A pesar de todo, me gusta usar la bici como medio de trasnporte porque con ella tardo menos que con el autobús y puedo dormir algo más por las mañanas, porque para volver a casa de noche no tengo que estar pensando en el horario de los buses, porque me proporciona independencia, porque ahorro dinero, porque hago deporte, porque entro en calor, porque me espabilo por las mañanas... bueno, estoy un poco insistente con lo de la bici, pero yo que no estaba acostumbrada, estoy encantada.

Volviendo a mi sillín. Hoy he entrado en la tienda para preguntar qué podía hacer con mi rueda deshinchada, a la cual puse un parche en la cámara antes de ayer, pero se ve que está como toda desgastada, arañada (hecha una mierda). Finalmente opción casera: volver a parchear o de lo contrario comprar otra cámara. Pero allí estaban los sillines... La elección era entre uno bastante almohadillado de chica y otro al que el dependiente llamó “the sofa”. Estaba tentada a comprar “el sofá”, parecía tan blandito... pero al pedir al dependiente consejo me dijo algo así como "the sofa is for delicate popos" (sí, sí, “popos”). La verdad es que si mi culito ha aguantado casi dos meses subido en ese cacho de plástico al que llamaba sillín, el normal, el no sofá, estaba bien. Tampoco quería que el dependiente pensase que tengo hemorroides.

Ya he probado mi pequeño sillón... ¡eso es confort! La rueda sigue deshinchada...



sábado, 10 de noviembre de 2007

Me fui y he vuelto virtualmente pero no físicamente...


Ejem... ejem... ¿Cómo justificar todo este tiempo sin escribir? Simplemente creo que me gusta escribir en diferentes sitios (cuaderno, folios en la pared, agenda...) que luego me da pereza poner lo mismo en todos, con lo cual es un caos porque no sigo ningún orden y hay soportes que los olvido (como el blog, por ejemplo).



Ahora la forma más fácil de llevar cuenta de lo que me va pasando es anotarlo en un calendario hecho a mano que colgué en mi habitación y que hace de mini diario. Eso para los hechos concretos. Luego, para las chorradas que se me van ocurriendo hay otro espacio en la pared de mi habitación compuesto por seis folios unidos, que tendré que ir ampliando porque se empieza a quedar pequeño. Así que cómo véis, el siguiente paso será empezar a escribir teorías matemáticas por la ventana, como el amigo John Nash.



Total: que por unas cosas o por otras tenía el blog olvidadito. Y no sólo mi blog, sino el de mis blogocompis (y eso que sólo tengo dos oficiales en la lista).



He sido demasiado silenciosa con respecto a mi vida y no he publicado nada acerca de... Danmark!!! Sí, Dinamarca, mi actual país de residencia durante este curso. Concretamente es Aarhus la ciudad que tiene el gusto de acogerme entre sus ciudadanos, y para quien no lo sepa, es la segunda ciudad de Dinamarca en número de habitantes, después de Copenhague, situada en la costa este de Jutlandia, la parte peninunsular del país.



Me hallo aquí mantenida por una beca Erasmus, y he de regresar a España hecha una bióloga de pies a cabeza.



Pronto contaré más cositas de Aarhus y de Dinamarca en general que me ha dado tiempo a percibir en estos más de tres meses de estancia aquí (tres meses ya!! Oh my God!). Sólo decir que estoy estupendamente y que haré lo posible para no temer a la noche temprana, a la lluvia constante ni al viento molón (no se me ocurría adjetivo para el viento, así que he escogido el más ridículo).

Adjunto foto para dar fe de lo que cuento (en el paseo peatonal de Aarhus, la torre de la catedral al fondo en un día de septiembre... aquellos soleados días...!).

En fin... he vueeeeeeeltooooo!