viernes, 30 de enero de 2009

Otra aplicación de GOOGLE

  • Los que me conocen, me habrán oído decir alguna vez que me gustaría hacer algo bueno en mi vida. No es la fama mi fin (ésta es fácil de conseguir hoy en día por cualquier chorrada), pero quizás sí el reconocimiento. Digo el reconocimiento porque cuando alguien hace algo bueno le gusta que sea apreciado, no por vanidad, sino por afirmación de que la acción realizada es percibida por los demás como algo deseable. Ese reconocimiento del que hablo no tiene por qué ser a gran escala y puede variar de grado en distintos ámbitos.
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  • Pues bien, usando Google como medidor de "nivel de reconocimiento" (esto es, medir cuántas veces sale algo sobre la persona en cuestión en otras webs no creadas por si misma), el panorama es, de momento, desolador:
  • Actualmente, si escribo mi nombre completo en Google, aparezco en dos páginas. Ambas son listas: una de la concesión de las becas Erasmus de CajaMadrid y otra de la elección de proyecto en una asignatura de la facultad.
  • Como apreciáis, ninguna de estas apariciones entraña mérito alguno. Luego, parece ser que tendré que emplear otro instrumento como medidor de reconocimiento o bien aplicar un corrector a la medida que reste aquellas entradas sin mérito.
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  • ...Queda mucho camino por recorrer...

miércoles, 28 de enero de 2009



  • Silencio...

  • ...concentración...

  • Tres... dos... uno...

  • Abro un ojo, luego abro el otro, giro la cabeza a ambos lados.

  • Todavía estoy aquí, ¡no ha funcionado!

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  • Uno... dos... tres...

  • ¿Plop?

  • Algo debería de suceder...

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  • Quizás chascando los dedos... ummmh...

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  • ¿Abracadabra?

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  • Aunque uno se lo proponga, ¡no es tan fácil desaparacer en un momento dado!

  • A veces quisiera poder ausentarme de mi misma por unos instantes. Percibir todo desde otra perspectiva, fuera de mi cuerpo, fuera de mi mente y fuera de mi entorno.

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jueves, 22 de enero de 2009

Melatonina Cruel

O h , m e l a t o n i n a c r u e l , q u e m e i m p i d e s p e n s a r l ú c i d a m e n t e d e m a d r u g a d a . . .

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martes, 20 de enero de 2009

La triste historia del calentador polvoriento

Ponle música, que suena hasta divertido:
  • Ya es media nocheeee
  • y me acabo de cargaaaaaar
  • el calentadoooor,
  • la que se va a liaaaaar (bueno, ya se ha liado)
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  • Por intertar haceeeer
  • una noble accióoooon:
  • limpiar el polvo de dentroooo,
  • ése obstructoooor.
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  • La mitad de los tornillos quité,
  • la otra mitad quedaba,
  • y no había quien encontrara
  • la llave que los aflojara.
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  • Al intentar encajar
  • la mitad que desatornillé
  • para volver al estado inicial
  • nada solucionéeeee
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  • Algo había cambiado dentro
  • no sé cómo ni por qué
  • peno el calentadoooor
  • no volvía a su seeeeer
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  • Y aquí acaba la historiaaa
  • del pobre calentador,
  • que por absorber el polvo
  • mal futuro se labróooooo
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  • FIN
  • (Espero poder seguir contando más historias de mi pobre calentador, con final feliz)