lunes, 13 de julio de 2009

Deseos y miedos. Buscando un camino

Vuelvo a poner en práctica aquello de no leer lo que escribo, de dejar fluir los pensamientos.

Floto en un mar de indecisión. A ratos me dejo llevar por la corriente y otras veces nado con todas mis fuerzas. Es difícil decidir un rumbo cuando sólo hay agua alrededor. Igualmente, todos los caminos llevarán a tierra en algún momento, a no ser que nadase en círculos... pero yo no quiero llegar a cualquier paraje. Sería una decepción si volviera al punto de partida. Ya que me he lanzado al mar...

Si vives en el desierto y te gustaría estar en la selva, tienes dos opciones: transformar el desierto en selva o ir directamente a la selva. ¿Qué capacidad de modificar nuestro entorno tenemos? El desierto nunca podrá ser una selva. Si acaso podrás plantar alguna especie xerófila o alguna otra invirtiendo mucha agua. Si te conformas con el paso intermedio, no estará tan mal. Después de todo, hay cosas del desierto a las que estás acostumbrado que echarías de menos.

Aaaaaaaaaaaaaaah!!!! Me da miedo aceptar lo que yo misma estaba buscando. ¿Cuánto afecta el miedo en todo esto? Aaaaaaaaaaaaaaah! Sería muy fácil lanzarse y vencer el miedo, pero ¿cómo identificar lo que es miedo y lo que es un no-quiero real?

Me propuse no escribir ninguna entrada pranoica acerca de esto, pero... la paranoia sale tarde o temprano a la luz...

Y... ¿a quién le interesa esto? A nadie. Y... ¿quién lee esto? Nadie. Entonces perfecto. Simplemente se sumará al resto de pensamientos anónimos que circulan por internet, que también flotan en un mar.

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